VIDAS EN CRISIS
"Malas
Temporadas" es la segunda e interesante película como director de Manuel
Martín Cuenca, el cual ya sorprendió con "La flaqueza del bolchevique",
captando la atención de los más avispados. Esta segunda obra demuestra
la madurez artística del mismo con un relato con pocas fisuras y muchas
virtudes.
La historia gira en torno a varios personajes, cuyas historias se entrecruzan,
y está enclavada en el corazón de Madrid, donde Mikel, Ana y Carlos,
con personas que buscan su lugar en el mundo. Ana trabaja para una ONG
de ayuda a los refugiados, aunque paradójicamente es incapaz de ayudar
a su hijo que se ha encerrado en su cuarto y se niega a salir de él
para enfrentarse con el mundo que le rodea. Carlos es un cubano exiliado
que se gana la vida con el contrabando de puros y sueña con recuperar
una vida que forma parte de su pasado. Mikel es un ex - jugador de ajedrez
que acaba de salir de la cárcel y vive obsesionado con el que fue su
compañero de celda y actualmente regenta un bar. La vida de los tres
pasa por una mala temporada que parece eterna, pero tendrán que luchar
para poder superarla.
El film trata por tanto sobre vidas en crisis, historias urbanas de
personajes de carne y hueso, a veces distantes, a veces cercanos. Lo
importante aquí son las emociones, las miradas, los diálogos, dejando
la acción a un segundo término, de manera que el ritmo es lento, amargo,
triste y en ocasiones decadente.
En una historia basada en los personajes, el trabajo actoral es fundamental
para mantenerla a flote, y sin duda aquí el trabajo colectivo raya a
gran altura. Como siempre, el trabajo de Javier Cámara será controvertido,
yo mismo he de reconocer que no es santo de mi devoción, pero aquí se
muestra más convincente que de costumbre es un papel complejo y lleno
de matices, a veces sobresaliente y emotivo como en la secuencia del
enfrentamiento con su ex - compañero de celda después del allanamiento
de morada; Natalie Poza es todo un descubrimiento, realiza una interpretación
natural y serena que cala hondo; Leonor Watling siempre magnética, siempre
enigmática; y todos ellos bien secundados por los buenos trabajos de
Eman Xor Oña o Pere Arquillué.
Es cierto que algunas de las historias bordean peligrosamente la línea
de melodrama excesivo, pero el tratamiento dado a la historia, así como
su puesta en escena o fotografía le dan al conjunto del producto un
acabado casi redondo, un film hecho aquí con la calidad de los de fuera
que probablemente no sea un éxito en taquilla en un país acostumbrado
a productos "made in Spain" más chapuceros y chabacanos.
En definitiva, un film intenso, emotivo y emocionante, pesimista (pese
a la luz final), con muchas más aristas por descubrir que simplemente
las que se muestran, porque una de las mayores virtudes de la historia
es tan sólo mostrarnos una parte de la misma, un retazo de la vida de
unos personajes que sólo nos desvelan parte de sus misterios, sus vivencias
o sus sueños, dejando otros ocultos para nuestra imaginación o el secreto
eterno.
Por último destacar la excelente y omnipresente banda sonora de Pedro
Barbadillo que subraya a la perfección el tono impregnado en la película,
incluyendo en la banda sonora esa versión de un tema de "Los Amaya" titulado "Vete" que
interpretado por la propia Leonor Watling en su vertiente artística
como cantante al frente del grupo Marlango, resulta extremadamente conmovedor
y se agarra a nuestro corazón para no soltarlo jamás.
U.C. (Daniel Farriol)